Cuando entras en el centro de simulación de conducción del grupo BMW en Múnich (Alemania), lo primero que te llama la atención es la enorme cabina en blanco y negro con patas hidráulicas que está suspendida. Se trata del simulador de alta fidelidad, cuyo aspecto recuerda al de una gigantesca medusa mecánica flotante.
En su interior, se encuentra un coche listo para "conducirse", equipado con dirección, acelerador y frenos realistas que imitan el comportamiento real del vehículo con un nivel de exactitud sencillamente impresionante. Al volante, el piloto recorre un mundo virtual fotorrealista que se ha renderizado mediante Unreal Engine.
Este simulador de alta fidelidad es solo uno de los 14 simuladores de conducción con tecnología de Unreal Engine que alberga el futurista centro de simulación del grupo BMW. Sus instalaciones, además de ser una de las más avanzadas del sector automovilístico en lo que a tecnología se refiere, cuentan con 11 400 metros cuadrados, lo que las convierte también en unas de las más grandes.
Aquí es donde el grupo BMW realiza pruebas durante todas y cada una de las fases del proceso de fabricación de vehículos, en simuladores de todos los tamaños y formas situados en un mismo lugar.
Si algo podemos sacar en claro del centro de simulación de conducción del grupo BMW, es que el fabricante alemán no se anda con chiquitas en cuanto a la simulación de la conducción (y con razón). Para los fabricantes de automóviles, la simulación supone ventajas más que claras con respecto a las pruebas tradicionales en carretera.
Ahora es posible replicar con el simulador todo tipo de situaciones poco habituales y peligrosas, como pinchazos de neumáticos o incluso catástrofes meteorológicas, de manera segura y con un nivel de detalle espectacular.
Más concretamente, en lo que a funciones de conducción automática se refiere, resulta esencial para el fabricante alemán poder simular situaciones de tráfico que pocas veces suceden en la vida real o que, simplemente, son demasiado peligrosas para probar, a fin de desarrollar productos de la mejor calidad y máxima seguridad para sus clientes.
Asimismo, gracias a las pruebas en los laboratorios simulados, es posible reproducir situaciones de conducción concretas tantas veces como se necesite y aumentar así la validez de los resultados.
Por su parte, la posibilidad de simular cada una de las etapas del proceso de desarrollo, desde la fase de visualización y operaciones hasta ajustar el chasis o probar funciones de asistencia de conducción, reduce la cantidad de prototipos que se necesitan y agiliza todo el ciclo de desarrollo.
Las pruebas en el mundo real, además, son mucho más caras y peligrosas, requieren de mucho tiempo y necesitan una logística más compleja. En el simulador, en cambio, el equipo se enfrenta a situaciones y entornos reproducibles y controlados que de otra manera no podrían probarse en la vida real.
Las pruebas de simulación de conducción cuentan con la participación tanto de clientes como de ingenieros del propio grupo BMW y se evalúan y supervisan desde las salas de control. Durante las pruebas, los responsables tienen incluso la opción de cambiar el entorno en el que se está conduciendo simplemente ajustando, con Unreal Engine, los elementos visuales, como la climatología, la estación o la hora del día, además de otras variables que influyen en la sensación de la conducción, como la superficie de la carretera o el tipo de neumático.
A partir del feedback obtenido, el grupo BMW es capaz de analizar cómo se podrían recibir las nuevas funciones antes de llevarlas a producción. De esta manera, el fabricante no tendrá que arriesgarse para ver si un producto tendrá buena acogida entre los consumidores, sino que podrá mostrarles de antemano la nueva tecnología y decidir si seguir adelante o no.
El centro de simulación de conducción es de tremenda utilidad para el desarrollo de productos del grupo BMW. Mientras que en la vida real las pruebas requieren pilotos de pruebas profesionales, en el centro de simulación se pueden llevar a cabo simplemente con conductores normales (hasta 100 al día) e integrar el feedback en el proceso de desarrollo en cualquier momento.